En situaciones tan duras como la actual nos deberíamos plantear con seriedad los métodos de formación y entrenamiento de nuestros directivos y de los profesionales en las empresas.
Quiero insistir en la idea de aprender de los fundamentos de las Artes Marciales como métodos completos de aprendizaje.
En lo que al desarrollo del talento en las empresas se refiere, una mirada a algunas de las bases de su entrenamiento, pueden ayudarnos a entender qué aspectos debería contemplar un buen entrenamiento profesional. Así, el estudio del karate en su enfoque clásico se apoya en tres pilares:
- HOJO UNDO (Ejercicio Suplementario)
- KATA (Fundamentos/Técnicas)
- BUNKAI (Aplicación)
Si pensamos en cómo se realiza el entrenamiento profesional en las empresas, vemos que suele carecer de la efectividad esperada. Normalmente, se invierte poco en formación, es puntual, cursos sueltos, etc.
En general, la mejora en habilidades directivas, o profesionales, se trabajan solamente, con suerte, desde uno de estos apartados, que suele ser desde una aplicación directa, lo que vulgarmente llamaríamos «aprender a través de la experiencia». Algo que en realidad no es cierto, puesto que dicha experiencia no está orientada al aprendizaje sino a la producción de resultados, y el aprendizaje en el mejor de los casos es una consecuencia secundaría, producto de la capacidad y actitud del sujeto e influencia del entorno, más que de un propósito didáctico de la práctica. Falta el componente de la práctica guiada, sistematizada, del esfuerzo y del refuerzo.
Serían los ejercicios de habilidades por sí mismas, para reforzar y mejorar su eficacia. Se trataría en muchos casos de técnicas y habilidades concretas:
- escucha,
- auto-control,
- priorización,
- comunicación no verbal,…
- Una entrevista de ventas.
- Un proceso de delegación.
- Los pasos de una negociación.
La aplicación, el encuentro con el oponente, en este caso con un fin de entrenamiento. Buscaríamos un trabajo con otra persona, cara a cara, para contrastar el grado de avance con el entrenamiento anterior. Y también para conocerse mejor uno mismo, donde tengo confianza, donde me limito. Por dónde deberá seguir mi entrenamiento y qué grado de destreza he alcanzado. Los ejercicios de aplicación pueden ser:
- Dramatizaciones de ventas.
- Simulaciones de entrevistas.
- Conversaciones de seguimiento,…
Si usamos estos tres niveles de entrenamiento en nuestras empresas como práctica cotidiana, como parte de nuestros objetivos profesionales, nos daremos cuenta que más pronto que tarde tendremos profesionales capaces de enfrentarse a situaciones verdaderamente duras con la facilidad con la que un samurai corta el bambú con su katana.
En las Artes Marciales, el entrenamiento es fin y camino al mismo tiempo, si quieres dominar el karate tendrás que seguir la vía del karate, el Karate-Do.
Hay personas que creen en el entrenamiento como un medio, en muchos casos prescindible, para conseguir resultados. Pero el maestro sabe que los resultados están en esas técnicas y es en ellas en las que debes poner el foco y será el resultado el que llegue a ti.
Un desarrollo profesional basado en ejercicio, la reflexión, la practica individual y entrenamiento acompañado del maestro, es el camino a la excelencia. Si buscamos los movimientos perfectos y el entrenamiento es nuestra vía, la consecuencia natural será el éxito.
(escena de entrenamiento de la película el último samurai el consejo es «no mind», no pienses, piensas demasiado, en la gente que mira, en el enemigo, no pienses, … )
Las Artes Marciales orientales han provocado desde siempre fascinación en occidente. Las razones son muchas:
- Una historia milenaria plagada de mitos e historias de héroes y maestros,
- La atractiva estética de un arte creado para la guerra, pero al mismo tiempo bello como una danza.
- Las bases filosóficas que las sustentan
- El equilibrio mental y físico,
- Y sobre todo, lo más evidente, lo efectivo de su aplicación.